Quizás pueda parecer raro para los aficionados, pero los ciclistas no suelen repartir culpas por las caídas en las entrevistas posteriores a la carrera - únicamente cuando la caída se debe a un gravísimo error, o cuando las emociones están particularmente a flor de piel, que un profesional sacará a relucir el error de otro profesional a la prensa. La mayoría de las veces, los accidentes se consideran parte integrante de las competiciones, algo que saber sobrellevar más que en lo que poner demasiado énfasis. De qué sirve hacer aspavientos y gritar cuando la carrera te está dejando atrás?
Así ocurrió cuando Chris Froome, vestido de amarillo, tuvo una caída en los útlimos 10km de la sexta etapa del Critérium du Dauphiné de 2014. Para cuando la moto de la cámara de tv conectó con la caída, los corredores involucrados ya estaban subiéndose de nuevo a sus bicicletas y saliendo en persecución del pelotón, que había bajado el ritmo por respeto al accidentado maillot amarillo.